lunes, 7 de septiembre de 2009

Adalberto Varallanos

Ejemplo de poesía nueva

LA poesía nueva, ¿una lección definible? Por partes. De las teorizaciones -numerosas- entresaquemos una.
La poesía vieja era alejamiento, evocación directa, búsqueda de la anécdota y acomodo al manejo retórico. La poesía vinculada a la música: simbolismo; a la forma pétrea: parnasianismo; al sentimiento directo: romanticismo. Un día huye del ropaje verbal: elocuencia, explicación de la música fácil, del metro y de la rima, para darse como tal: poesía artística.
En la poesía nueva, el autor como humano está lejos y hay en ella la libertad de la misma estética. Los condimentos de la poesía de hoy, serían: seguridad y valor de la palabra por sí, casi extirpación de la anécdota, construcción del poema según la disposición del poeta, utilización de metáforas o imágenes, alegría, humorismo, referencia a estados puros o clínicos del sujeto y cambio integral de los motivos.
Por cierto, dentro de la poesía nueva, cabe una diversificación en relación no sólo a las leyes de las tendencias o escuelas poéticas, sino desde el ángulo de la apreciación personal. En arte, se repite con estricta frecuencia, lo venerable es lo personal; no lo común.
Y dentro de la poesía en general, cabe una poesía que no es nueva ni vieja sino permanente.
La poesía, según Paul Valéry, es una dificultad donde no han llegado sino pocos, o casi nadie. Alta matemática, mística, estados de éxtasis, inconsciencia lírica del individuo: poesía efectiva. Síntesis: ésa es la característica de lo más caracterizable.
A un lado dejemos la discusión si la poesía es humana o no. Si la poesía es un producto cerebral decadente, vacuo, simple juego de imaginaciones enfermas, etc. El poeta y su poesía cuando han sido populares, humanos, demasiado humanos, no han sido tales. El poeta es de la apreciación de los elegidos y de los dispuestos a elegirse. El concepto de arte es siempre un concepto de calidad y no de cantidad.
He aquí que Giménez Caballero –hombre transatlántico, espíritu oteador de los cinco continentes, raidista, exponente intelectual de la nueva generación literaria española, “inspector de alcantarillas infrahumanas”, poeta, periodista, ensayista, crítico, cineasta, deportista y joven del siglo XX- nos alarga este poema: Oda al bidé . Imaginismo exuberante, vértigo excentrista. Planeamiento de un motivo – el bidé- hacia las afueras de un espacio intercalado entre el poeta y el aire de su creación. Poema en vértigo monotérico, astral, insumiso.
Señor lector del Perú: También aquí usted encontrará motivo para su protesta. No es posible permanecer en mutuas comprensiones. Si la poesía no es de su uso personal, deje que se vuelva del uso del poeta. Y cuando, en un golpe humanitario, clame usted con un no entiendo; comience a pensar que a lo elevado no se llega por ese camino, sino por el otro, por el contrario. Para conocer y tener la seguridad del espacio que se halla tras del cielo, es necesario renunciar a uno mismo. O suicidarse.
1928

Extraído: Permanencia (edición póstuma), Adalberto Varallanos, Ediciones Andimar, Buenos Aires 1968

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